miércoles, 20 de octubre de 2010

Primero vinieron… las excusas de los que guardaron silencio

trabajo para mi curso de Holocausto a través del arte espero les guste:

“Primero vinieron…” es un poema del pastor Luterano Martin Niemöller aunque nunca escribió las palabras exactas que se citan en el poema por el cual es famoso. Su autor se refiere a él mas como un sermón dado en semana santa el año 1946 en Kaiserslautern, Alemania. Por lo que el poema que hoy conocemos fue transmitido de forma oral y se dictan varias discusiones con respecto al orden de los grupos.
 La versión que se citará a continuación y la cual será analizada en este trabajo fue la versión autorizada por la viuda de Martin Niemöller:

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar
.


Este poema representa a los observadores pasivos en el contexto humano del holocausto presentando la respuesta posterior de estos observadores. Los primeros versos son la expresión de la justificación que muchos dieron al momento de haber callado delante de las acciones nazis  en contra de distintos sectores de la comunidad como evidencia el poema. Niemöller muestra arrepentimiento y vergüenza por haber callado en esos momentos, lo cierto es que compartía con el régimen nazi el desprecio por los comunistas y por la República de Weimar sobre la cual él mismo decía que sólo le había dado a Alemania “catorce años de oscuridad”.

Cuando el nacionalsocialismo impuso sus reglas sobre la iglesia protestante para instaura la homogenización que tanto buscaban uniendo 28 iglesias regionales entorno a  la DEK (Deutsche Evangelische Kirche), a la que acudieron la mayoría de los protestantes alemanes. La DEK impuso el “parágrafo ario” (Arierparagraph) que excluía de la iglesia a todo creyente con antepasados judíos.

El antiguo testamento fue abandonado, se obligo a los pastores a jurar lealtad al Reich bajo la consigna ‘Un Pueblo, Un Reich, Una Fe’. Quienes se opusieron a esta especie de Neo-paganismo fueron arrestados y muchos murieron en las cámaras de gas.

Ante esto Niömeler toma medidas fundando la Liga Pastoral de Emergencia en 1934 y asumiendo  la conducción de la iglesia confesional  llegando a declararse como la legítima representante del protestantismo en Alemania y atrayendo a sus filas a más de siete mil pastores.
Con los años aumentaron las fricciones con el poder político pero estas se centraban en las medidas nazis con respecto a la iglesia. Por ejemplo Niemöller se opuso a la prohibición de que los judíos conversos fueran ministros protestantes y, después, a las medidas que los confinaban a iglesias segregadas, aisladas de los demás protestantes.
Sin embargo, no se opuso a las medidas generales contra los judíos y otros grupos. Aunque su conflicto con los nazis aumentaba, Niemöller se cuidó de no traspasar ciertos límites. Cuando Dietrich Bonhoeffer, un teólogo protestante que también era pastor de la iglesia Confesionaria, incitó a los cristianos a ayudar a los judíos y a tomar medidas directas contra la persecución, Niemöller le contestó que la iglesia tenía que preocuparse de su propia seguridad antes de alzar la voz por otros.
Hitler furioso por la actitud de rebeldía del pastor ordeno su arresto en 1937, el juicio se realizó en 1938 donde fue encontrado culpable de acciones subversivas contra el Estado y se lo condenó a siete meses de reclusión y a pagar una multa de dos mil marcos. Tras cumplir la condena y pagar la multa, Niemöller siguió con sus protestas siendo nuevamente arrestado por la Gestapo sin embargo esta vez la condena fue mucho mas severa  pasó siete años preso en el campo de concentración de Sachsenhausen bajo la figura legal de ‘custodia protectiva’ y, por orden de Hitler, como ‘prisionero personal del Führer’. Asi pasó ocho años en cárceles y campos de concentración nazis, con cuatro años de aislamiento hasta que las tropas aliadas lo liberaron en 1945.

Ya en el año 37 Niemöller y los demás pastores arrestados estaban solos, pues la gran mayoría de las iglesias protestantes se habían rendido al gobierno. Después del arresto de Niemöller, la iglesia Confesionaria también votó por cooperar más con el gobierno e incluso le agradeció la revitalización de la vida alemana.

Tras la guerra, los representantes de la iglesia Confesionaria se reunieron en Frankfort para debatir su reconstitución. En esta ocasión Niemöller dio un discurso que seria la antesala del poema que luego lo haría famoso. Primero dio las excusas por las que no alzo la voz contra los nazis. En esto hablo por muchas personas presentes y no presentes en esa reunión.

Su discurso, su sermón, se centraba en el hecho de que si tan solo no se hubieran decidido guardar silencio muchas vidas se hubieran salvado:

“Sí, Hitler atacó a los comunistas, pero ¿no eran ateos y revolucionarios?
Y sí, aniquiló a los incapacitados y los enfermos, pero ¿no eran una carga para la sociedad?
Y claro, agarrar a los judíos era deplorable, pero ¿los judíos no son cristianos, verdad?
Y lo de los países ocupados era una lástima, pero por lo menos eso no ocurrió en Alemania ¿no es cierto?
Ninguna excusa justificaba todo eso – reiteró
Dijo – No podemos negar [la necesidad de expiación] con la excusa de que “me habrían matado si hiciera algo”.
Preferíamos mantener silencio. Está absolutamente claro que no somos inocentes y me pregunto una y otra vez: ¿qué habría pasado si en el año 1933 ó 1934, 14.000 pastores protestantes y todas las comunidades protestantes de Alemania hubieran defendido la verdad hasta la muerte? Si hubiéramos dicho: “No es correcto que Hermann Göring simplemente meta en campos de concentración a 100.000 comunistas para que mueran”. Puedo imaginar que tal vez 30.000 ó 40.000 cristianos protestantes habrían muerto, pero también puedo imaginar que habríamos salvado a 30 ó 40 millones de personas, porque eso es lo que [el silencio] nos costó.”

Este sermón fue repetido de diversas maneras en varios lugares donde Niemöler se presentó, un discurso que más que nada mostraba el arrepentimiento que muchos llegaron a sentir tras la guerra y el asesinato de tantas vidas humanas.

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío…

Palabras que demuestran la debilidad del hombre que hace prevalecer sus vanidades e ideología preconcebidas sobre los principios morales e incuestionables del Cristianismo
Excusas muy comunes cuando le preguntaban a la gente tras la guerra como fue posible todo aquello. Mucha gente sintió vergüenza, sin embargo aun se encuentran excusas del por qué ocurrió, excusas tan graves como el deicidio

Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar…

El mismo Niemöller sufrió aquello, cuando los nazis se lo llevaron nadie protesto por él y por los otros pastores arrestados, como lo que ocurrió con los judíos y como generalmente ocurre cuando se toman medidas, quizás no como las nazis, pero si medidas en contra de cierta minoría o grupo humano. Siempre se encuentran excusas para guardar silencio o tan solo opinar sin hacer nada concreto. 

Este poema que simboliza la experiencia y el arrepentimiento público de Niemöler, y que representa lo que muchos observadores pasivos sintieron, se ha transformado en una de las grandes lecciones de la historia. 

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