Reflexiones (esta vez escritas en mi clase de arte mezoamericano XD )

Como ayer me puse muy sentimental hoy quiero hablar de otra cosa:

Me gustaría que pensaran en su libro favorito, que se imaginen ese mundo de letras con cada detalle que puedan recordar, que sientan el viento de ese lugar y escuchen sus sonidos ¿Que es lo que quiero lograr con esto? que se conecten con esos mundos.... ¿imaginarios? quizá, pero existe la posibilidad que esos mundos descritos por la pluma de un escritor sean reales. De seguro muchos pensaran que me volví loca por pensar eso, pero ¿¿¿y si son reales??? y si los escritores escriben pensando que son sus propias ideas surgidas de la imanación creadora pero que en realidad se conectaron con otro mundo, quizá en sueños, viendo imágenes que los insitarían a escribir aquello que vieron y así seria como con cada libro que leemos se nos abre la puerta a otro mundo y es que una historia comienza al leerla pero ¿quien nos afirma que termina ahí donde se acaba el libro?

Otra teoría que tengo (creeanme que tengo varias teorías igual de deschavetadas) es que ciertas historias toman vida propia gracias a que  alguien  primero las piensa y crea sus reglas y luego a que alguien las lee, la sueña, cree en ellas y les infunde la vida, así más aya de las páginas existiría otro mundo con sus propias leyes. Me encantaría que así fuera, me encantaría que de tras de cada historia escrita, ya sea por mi o por cualquier otro tuvieran vida propia y siguieran más allá de la ultima palabra.

Si se preguntan como es que se me ocurrieron estas teorías  no sabría responderles pero si podría decirles que mientras leo la trilogía del mundo de tinta más me gustaría que estas teorías fueran ciertas.

Ideas locas provinientes de una mente como la mía que adora los libros y que pasa bien lejos en la nube más alta casi la mayor parte del tiempo soñando con otros mundos muy distintos a este.

para terminar me gustaría dejarlos con una frase citada en sangre de tinta:

Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de  quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él.

                                             Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento